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  • Colectivo de Cineastas

Charla sobre Cetáceos


La comedia es, probablemente, uno de los géneros más difíciles. A través del humor se presentan, muchas veces, dramas profundos, existenciales, conflictos que nos atraviesan dramáticamente. La risa, entonces, es casi un conjuro que nos permite atravesar el dolor o reflexionar sobre nuestro ser. En Cetáceos esto funciona perfectamente. Una película de apariencia sencilla que aborda a una mujer en crisis con el mundo. Que nos interpela sobre el lugar que ocupamos, sobre nuestros deseos y, en definitiva, nos invita a repensarnos.

Como parte de nuestra sección CHARLAS DE ESTRENOS DEL COLECTIVO DE CINEASTAS un cineasta habla con otro para pensar juntos el film. En este caso Florencia Percia, directora del film, conversa con Francisco Márquez.

Humor de lo pequeño

Pienso que, muchas veces, los comienzos de las películas establecen el ADN ya que definen el espíritu que las compone. En el caso de "Cetáceos" vemos a Clara (Elisa Carricajo), la protagonista, junto a su pareja (Rafael Spegelburd) viajando en un taxi abrazados escuchando una música romántica. Allí se filtra el sonido molesto y "frito" de la radio del taxi pasando viajes sin parar. El trabajo sonoro, entonces, en esa escena creo que funciona muy bien como representación del estado de la pareja en general y de Clara en particular (una aparente armonía que no es tal). Quería saber cómo habían pensado esa escena en particular y, más en general, cómo pensaron en la película la relación entre el sonido y la imagen. Especialmente los diálogos.

En particular sobre ese comienzo, ya desde el guión estaba el sonido del radio taxi para darle un poco de humor a esa escena solemne, descontracturaba la imagen de ellos dos viajando sin decirse nada. Ahí se plantea el vínculo de la pareja, están juntos pero hay algo que no está funcionando del todo. En la post de sonido surgió la idea de poner también la música romántica. En ese "diálogo" se armó algo que está bueno. Esa canción, que podría estar en una radio, el sonido de los los viajes del radio taxi y ellos dos. Creo que esos elementos generan la atmósfera de la pareja. Fue una forma de presentar a los personajes y, también, su relación.

Respecto a lo que se dice en la película está todo bastante pensado, estaba muy pautado desde el guión, y después se ensayó mucho con los actores. En esos ensayos reescribí el guión para incorporar las cosas que surgían, algunas intensidades en el tono, se agregaron palabras o se sacaron líneas de diálogo que no funcionaban del todo a la hora de decirlas.

La sensación que tengo, aunque estimo que si se hace un desglose de planos no sea así y no se encuentren tantos primeros planos, que es una película de rostros. O más precisamente del rostro de Clara. Pensaba como funciona su rostro en contraposición a los diálogos que tiene con su pareja. Su imagen está siempre diciendo otra cosa de lo que dicen las palabras.

Eso se trabajó mucho con Elisa porque sus gestos, su cuerpo, sus movimientos iban a contar lo que le estaba pasando a Clara. Trabajamos mucho la sutileza de lo no dicho. El rostro de Elisa tiene mucha importancia y es verdad, que paradójicamente, tampoco hay tantos primeros planos. Son pocas las escenas en las que hay un primer plano de Elisa. Quizás son escenas que ella viene a la cámara. No que la cámara va hacia ella. Hay bastantes planos generales donde está ella junto a los otros personajes, su rostro cobra mucha importancia y genera esa sensación que decís.

¿Cómo trabajaron el arco de ella? Hay modificaciones progresivas muy pequeñas que, me imagino, habrá sido bastante complejo calibrarlas en un nivel tan micro.

Fue complicado. Antes de empezar a ensayar nos juntamos muchísimas veces con Elisa, a conversar y a leer el guión. Eran reuniones que parecían que no iban a ningún lado. Nos despedíamos y yo me quedaba pensando. No entendía si habíamos avanzado. Después, me di cuenta que en esos encuentros aparecieron un montón de aspectos del personaje y que sirvieron para construir a Clara. Fuimos marcando esas mini modificaciones y, una vez que empezamos a ensayar, hicimos el trabajo de señalarlas dentro del guión. Sabíamos muy bien cómo eran esos estados que va atravesando el personaje. Se hizo también mucho hincapié en cuidar cada gesto, incluso el pestañeo. Porque si, por ejemplo, pestañeaba ya estaba significando algo.

Los espacios, sobre todo la casa, funcionan como una proyección de la cabeza de Clara. La disposición de las cosas o la propia arquitectura de la facultad juegan un rol dramático. ¿Cómo pensaron la construcción espacial?

La casa fue pensada como un lugar que expulsara al personaje. Clara se tenía que sentir desbordada con tantas cajas y, en definitiva, también por no poder habitar ese espacio. Se trabajó desde el arte, desde la fotografía para construir esa sensación de encierro. También, desde esta perspectiva, se pensó la relación de Clara con su trabajo. Filmamos en los cubículos de investigación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA que a mí siempre me impactaron muchísimo. Y pensé que ese era el lugar donde tenía que trabajar el personaje. Lugares apretados donde se junta un montón de gente. El trabajo tiene, para ella, algo de encierro. Eso le pasa con todo: con su vida, con su pareja y con su trabajo. También se pensó en una ciudad bastante ruidosa y céntrica.

(En ese momento suena el teléfono de Florencia, el ringtone es el mismo que el del personaje de su película)

Creo que esto me habilita a esta pregunta. ¿con qué aspecto del personaje te sentís identificada? La pregunta viene a cuenta del proceso creativo ¿cómo es el encuentro que se da en el proceso con vos misma y cómo manejas la complejidad de verse (o no) en algo que estás escribiendo?

Mucha gente que me conoce dice que el personaje se parece a mí y quienes conocen a Elisa dicen que se parece a ella. El personaje es un mix indiscernible. Es un personaje que se deja llevar por el azar y que se sorprende por las situaciones que se le van presentando. Hay algo de eso que a mí me interesa, me gusta o me llama la atención. Pero Clara no tiene que ver conmigo, ni me siento parecida a ella. Simplemente es la construcción de un estado que tiene que ver con el dejarse llevar con el devenir de situaciones, con el vagabundeo.

¿Cómo escribís? ¿Tenés una estructura narrativa? ¿Escribís a partir del personaje?

Primero empezaron a aparecer los personajes. La estructura narrativa fue posterior. Los personajes estaban antes del guión, por eso digo que es una película de personajes. Clara es un personaje que está en un momento donde se pregunta si todas las decisiones que tomó son las que hubiese querido tomar. Es un momento de crisis. Es una crisis muy silenciosa, muy íntima. Le va bien en la vida académica, pero quizás se metió ahí sin quererlo. Por ciertos mandatos. La película habla, solapadamente, de ciertos deberes ser que a veces seguimos. El lugar de la pareja, de la carrera académica, el lugar del trabajo. Son mandatos que, a veces, para las mujeres son más fuertes que para los hombres. La película tiene esa mirada. Ella se empieza a preguntar si es eso lo que realmente quiere. Se acaba de mudar con su pareja, son parecidos, trabajan en lo mismo, se conocen hace mucho pero ambos están inmersos en un mismo tipo de consumo. "Compremos el pasaje en cuotas, el colchón, los libros, esto, lo otro..." están metidos en una forma de consumo muy típica de la clase media y no se permiten ver más allá de eso, ni preguntarse otras cosas. Incluso el grupo de Tai Chi, al cual asiste, hace hincapié en el consumo de la vida sana, pero consumo al fin. La película no se ríe de eso, observa con respeto. Quizás a alguien le puede causar gracia, pero no es una burla.

Es verdad, la película tiene mucho humor pero no se ríe de los personajes. Al revés, es cariñosa. ¿Cómo trabajaste la puesta en escena en función del humor?

Un poco sí. Se pensó en el plano general que es, de alguna manera, el plano de la comedia. Me interesaban los planos con muchos personaje, donde se genera algo medio teatral, donde todos los personajes tienen sus particularidades y, a la vez, lo que importa es cómo interactúan entre ellos. Esto es un poco lo que construye o genera el humor de la película. Que, en “Cetáceos”, es un humor de pequeñas cosas, de situaciones casi invisibles que nos rodean en la vida cotidiana y que tienen cierta comicidad. Es un humor de lo pequeño.

Recién hablamos de los planos generales. Me hace pensar que los pocos primeros planos son los momentos en los cuales la película habita otra sensación. Cuando su pareja parte de viaje y ella cierra la puerta y se acerca a cámara, o el plano de su quiebre cuando la cámara se acerca a ella. Como que en los momentos que el tono varía cambia el valor del plano. ¿qué tan consciente o intuitivo fue eso?

Fue consciente. Fue una decisión tomada.

Al final la música tiene algo épico que es interesante. Porque el acto en sí no es heroíco en un sentido clásico, pero sí lo es para el personaje. Es interesante porque está compuesto desde su punto de vista. ¿Siempre supiste que iba a haber música? ¿Cómo fue comunicarte con alguien que maneja otro lenguaje artístico?

Fue muy difícil. Un proceso largo. Yo no había pensado incluir música en la película más allá de la diégesis. Pero después, cuando entramos en montaje, pensé en una canción para el final y comenzamos a probar cosas con el músico. Él insistía en querer hacerlo pero explicarle a alguien una idea o una sensación de lo que querés en un idioma que no manejas (el músico es italiano) se hizo muy difícil. Tal vez porque era algo abstracto. Y una vez que apareció esa música del final se hizo necesario introducirla antes. Se nos ocurrió, entonces, poner unos acordes de guitarra a lo largo de la película que van anticipando la canción final. Fue difícil pero lindo. Fue un placer trabajar con Mateo Carbone, el músico. Hizo muchas pruebas y se esforzó en entenderme.

¿Cómo fue la experiencia en los encuentros que tuviste con el público en los diferentes festivales en los que estuvo la película?

Yo no tenía muchas ideas previas de qué podía pasar con la película. Es una película que me gusta y me divierto viéndola. Cuando la empezamos a proyectar, en diferentes países, percibí que funciona muy bien como una comedia y que es bastante inclusiva. La vi en distintos lugares, con públicos muy diversos y la gente se reía y le gustaba. No es una película que te deje afuera. Me sorprendió, particularmente, lo que pasó en Túnez. Se dijo, antes de la proyección, que era una película dirigida, producida y protagonizada por mujeres. El cine estaba lleno, un público muy cinéfilo y la gente aplaudió. Quizás nosotros lo naturalizamos porque acá hay varias directoras mujeres, pero escuchar esos aplausos, en ese momento, me impactó, me emocionó.

Pensando en esto que marcás, del protagonismo femenino en "Cetáceos" tanto adelante como atrás de la cámara, me doy cuenta que los personajes que le marcan el deber ser a Clara son hombres que, además, se ubican como en un lugar de poder o saber. Y, si bien es cierto, que uno de los que le da la llave para ese quiebre final es también un hombre, en realidad es sólo una excusa porque ella al final, en definitiva, está sola. Esa decisión es más allá de él.

Igual yo creo que la que le da la llave es la vecina cuando la invita a salir. El personaje de Clara es una mujer que se va empoderando. Es un personaje que va tomando sus decisiones, no es que acepta todo lo que le proponen.

Clara, en apariencia, no hace nada pero ese no hacer es una decisión. Es una decisión que, pensando en la predominancia de la acción que tiene el cine estadounidense, es distinta a la que estamos acostumbrados a ver. Pensaba en el libro Poéticas del cine de Raúl Ruiz, un gran manifiesto contra la teoría de la acción central, y el cuestionamiento a la predominancia de la acción que él vincula a una cultura en particular. Él habla de culturas que tienen otros paradigmas pero que en sus cinematografía, muchas veces, no se ve reflejado ya que el cine hegemónico convirtió una teoría en ley. Cuenta el caso de un deportista portugués que hacía salto en alto y que en una competencia internacional luego de pasar varias etapas y a punto de dar un salto que lo ponía en primer lugar decide dejar la competencia. A su vuelta la población lo recibió como un héroe, una reivindicación a la no-acción. Hay algo de esto en Clara.

No desembalar las cosas, no ordenar, no ir a la reunión de cátedra, ocultarle ciertas cosas a su pareja, eso también es parte de sus decisiones. En la película, los hombres parecieran funcionar como una contracara, una presión. Pero, lo interesante para mi es que ella no se deja arrastrar por ese "tenés que venir a la reunión de cátedra", "tenemos que viajar". Ella no le da importancia a aquello que "pareciera" tenerlo. Por eso, digo que Clara es una mujer que se va empoderando.

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