Dicen que en la Argentina algunas semanas parecen años. Así fue nuevamente. Al rechazo masivo y popular a las políticas de ajuste le siguió una devaluación que repercute ferozmente en la economía nacional. El cine no es la excepción. Con muchos de sus costos dolarizados la producción se encareció y ante la presión de diversos sectores se tomó la medida de actualizar el costo medio que ya venía muy atrasado. Pero esta medida es insuficiente, ya que la conducción del INCAA tiene diversos mecanismos para llevar adelante el ajuste y la concentración en las grandes productoras, única política que han ejecutado consecuentemente desde que asumieron. Es por eso que son necesarias una serie de medidas urgentes destinadas a no paralizar la producción en estos meses de proceso electoral.
Las trabas administrativas son el modus operandi que la gestión encontró para retrasar pagos y paralizar la producción. En tiempos de descalabro económico los retrasos significan pérdida del presupuesto real como consecuencia de la devaluación. Es por esto que exigimos al INCAA el pago urgente de todos los subsidios pendientes y rechazamos una nueva sub ejecución del presupuesto de fomento.
A diferencia de la Audiencia Masiva y Media, los concursos, donde se presenta gran parte del cine independiente que no reúne los requisitos restrictivos, han quedado atados a un monto fijo y no al costo medio. La devaluación ha tornado inviables estos proyectos. Exigimos una suba del 30% en los montos fijados para todos los concursos.
Todo este año el INCAA funcionó sin uno de sus órganos de cogobierno, el Consejo asesor. El mismo se conforma de todos los sectores que representan a nuestra cinematografía. Si bien todos los sectores eligieron sus representantes las autoridades no firmaron el nombramiento dando cuenta de una voluntad autoritaria en el manejo del poder y la falta de búsqueda de consensos en la política cinematográfica. El Consejo asesor, entre otras cosas, tiene la potestad de aprobar (o no) el presupuesto y es el órgano responsable de nombrar comités de selección de los proyectos. Sin comités se paraliza la producción. Exigimos el nombramiento y normal funcionamiento del Consejo Asesor.
Otro de los sucesos que está poniendo en riesgo el futuro de la Industria Cinematográfica es el artículo 4 de la ley de reforma tributaria votada en el Congreso Nacional que pone una fecha de caducidad a la percepción de los impuestos que conforman al Fondo de Fomento Cinematográfico para diciembre del 2022. En urgente que esta reglamentación sea derogada y que al mismo tiempo se establezcan por ley nuevas fuentes de ingreso, como el impuesto a las plataformas digitales de contenido audiovisual, para fortalecer el Fondo de Fomento Cinematográfico impulsando que nuestra cinematografía siga creciendo.
La conservación de nuestro cine sigue pendiente. Exigimos la puesta en marcha de la Cinemateca Nacional como parte de un plan integral de restauración y conservación de nuestro patrimonio audiovisual.
Tiempo de revancha: Un nuevo plan de fomento
Creemos que ante el posible cambio de gobierno es necesaria una nueva gestión del INCAA que defina prioridades de un signo distinto al planteado en estos últimos cuatro años. Necesitamos un nuevo plan de fomento debatido entre todos los sectores. Desde el Colectivo de Cineastas creemos necesario un fomento que privilegie el valor cultural del cine por sobre su valor de mercado. Un plan que tenga en cuenta a la mayoría de lxs que producimos cine en Argentina: productoras independientes medianas y pequeñas que dan amplio prestigio a nuestra cinematografía pero que carecen de espalda financiera.
Es necesario un nuevo plan que contemple, como se hace en fondos como Ibermedia o en la vía digital documental, un sistema de cobros por etapa de producción.
Un plan que elimine el restrictivo sistema de puntajes dándole lugar a las nuevas camadas que siempre renovaron y le dieron oxígeno a nuestra cinematografía, incentivando así también la equidad de género en el acceso al fomento.
Que contemple vías con formatos de producción alternativas que trabajan con equipos reducidos, tiempos de rodaje discontinuos y formatos híbridos.
Que fomente un cine diverso e inclusivo incentivando a través de políticas públicas concretas las producciones de diferentes regiones del país.
Una política de distribución y exhibición
La tendencia a la concentración en la exhibición se agravó en los últimos 4 años. En abril una sola película: Avenger Endgame ocupó cerca del 80% de las salas y, durante el año, una empresa: Disney tomó las salas de manera inédita. El cine construye identidades, refleja y reflexiona sobre nuestra realidad, afianza los vínculos de pertenencia y es parte de nuestro acervo histórico. La concentración atenta contra la pluralidad y diversidad de miradas. Pocas películas copan el mercado y desalientan formas variadas de ver el mundo. Es necesaria una política que refleje la madurez y el crecimiento del sector audiovisual argentino, que dé cuenta del esfuerzo estatal para producirlo y que esté a tono con su amplio reconocimiento internacional. Para esto solicitamos:
- Se instrumente una cuota de pantalla del 33,33%. Es decir que en el caso de las multi-salas deberán tener una cada tres dedicada al cine nacional y en el caso de los cines con una sola sala, cumplimentar los 4 meses calendario de exhibición de cine nacional. Garantizar el cumplimiento efectivo de la cuota de pantalla de cine nacional en los canales públicos, privados y en las OTT.
- Para evitar la concentración del mercado y habilitar una democrática pluralidad de voces proponemos un tope de copias simultáneas con las que puede salir una película a las salas.
Apertura de nuevas salas INCAA con entradas populares teniendo en cuenta densidad demográfica y articulando con las asociaciones audiovisuales regionales.
- El cierre de salas de cine ha significado una gran pérdida de espacios de exhibición. Creemos que, tomando el modelo francés, debe impulsarse nacionalmente la normativa de sala que cierra solo puede reutilizarse como sala cinematográfica.
